Atrévete a decirme que nunca llegaste a sentir nada por mí, que nunca sentiste mi piel y eso te encantó. Dime que no te gustaban mis besos por tu alrededor, que no te encantaban las cosas que te hacía. Porque
sinceramente no te creería, sé también como tú sabes de mí. Me
llamabas mi rubia, me besabas en cualquier momento, en cualquier lugar,
no te importaba quien nos viese. Sin embargo, ya no es así. Ahora es
como si nos escondiesemos de la gente. Tanto hace dos años como ahora, sabes cómo me gusta que me trates, sabes lo que me gusta, me conoces bien.
Solo por eso puedo decir que me tienes donde quieres, como quien dice,
me tienes en tu manita. Eso no es bueno para mí, pero es así, haces que
te quiera con cada detalle. Odio
que me utilices a mí al igual que a las otras pero más odio que yo para
ti sea una más y no sea yo, la única. Me toca apechugar y acostumbrarme
a ello, porque no puedo estar mal cada vez que llames a las otras en
vez de a mí pero si hago eso, también tendré que ignorar tus llamados. Seré fuerte y aprenderé a vivir distinto porque ya no estás conmigo, ya no estás aquí.