Hace ya casi 5 años que nos conocemos. Al principio te
odiaba y me odiabas, nuestra debilidad era el mismo chico. Pero hemos ido
creciendo, madurando y cambiando. A día de hoy te puedo considerar mi mejor
amiga, porque conmigo has estado ahí como una madre; diciéndome lo que está
bien y lo que no, lo que debo hacer y cuando mejor debería decir no, como una
amiga; esos días y noches juntas, ya sea en la playa, de fiesta o simplemente
en una esquina (nuestra esquinita), haces que me sienta agusto y feliz, tú y yo
sabemos lo que es la complicidad fumando, éramos, somos y seremos una cada vez
que lo hagamos porque simplemente con mirarte riéndome, te ríes. Y por último
eres una hermana, bueno no, eres mi hermana porque a pesar de las peleas,
aguantas mis rabietas, mis caprichos, en fin, soy difícil de llevar y de
entender pero queriéndolo o sin querer tú lo haces. Te pido perdón por haberte
decepcionado tantas veces con mis actitudes de niña inmadura pero créeme, no lo
hago queriendo. Sé que no es suficiente un simple gracias porque lo que tú me
has ayudado ha sido demasiado, pero te prometo que siempre voy a estar ahí cada
vez que lo necesites. Estemos enfadadas o a 700km, este en la ducha, dormida o
pilotando un avión, estoy aquí para todo. Es lo mínimo que podría hacer. Y
decirte que ni aunque me entrara amnesia me olvidaría de ti y de todos los
momentos que hemos pasado. Me siento muy orgullosa de ser tu amiga y si alguna gilipollas
te dice lo más mínimo, solo di: SI LA ENVIDIA TE MATA QUE TE DEN POR CULO
NIÑATA.
Te quiero, de tu hermana.